Vacuna contra Difteria Tétanos y Tos Ferina DTP

VACUNA CONTRA DIFTERIA, TÉTANOS Y TOS FERINA (DTPa):

¿Cómo se contraen estas enfermedades?

Son enfermedades producidas por bacterias denominadas respectivamente bacilo diftérico, clostridium tetánico y bordetella pertussis.

La difteria y la tos ferina se contagian a través de las secreciones respiratorias expulsadas por los individuos infectados, al toser o estornudar, en la proximidad de los niños sanos. El tétanos, en  cambio, se produce por contaminación de las heridas por el germen causal.

¿Qué heridas son las de más riesgo para contraer el tétanos?

Las heridas de más riesgo son aquellas muy anfractuosas o con mucho tejido desvitalizado, las punzantes en contacto con el suelo o estiércol, las muy contaminadas con cuerpos extraños, las quemaduras, las fracturas óseas con heridas, las mordeduras y las congelaciones.

¿Cuáles son los síntomas de estas enfermedades?

Difteria: provoca una inflamación característica de las amígdalas, que se cubren por una membrana blanco-grisácea que puede extenderse hacia la laringe o hacia la nariz y producir una grave dificultad respiratoria. Desde esta localización el germen segrega la llamada toxina diftérica, que puede afectar al sistema nervioso, al corazón o a los riñones y causar incluso la muerte.

Tétanos: el  clostridium tetánico produce también una toxina muy potente que afecta al sistema nervioso central, causando rigidez muscular  generalizada – muy típica en los músculos de la cara, espasmos musculares dolorosos, dificultad respiratoria, convulsiones, dificultad para tragar y otros  síntomas que amenazan también la vida del enfermo.

Tos ferina: La tos ferina produce accesos o golpes de tos, durante los cuales se dificulta la respiración, el niño presenta enrojecimiento y congestión de la cara y a veces incluso cierto tono violáceo de la misma, seguidos de vómitos.

En los niños de pocos meses son frecuentes los episodios de detención de la respiración o crisis de apnea y complicaciones como neumonía, encefalopatía o convulsiones.

¿Por qué es aconsejable vacunar a los niños contra estas enfermedades?

Porque son enfermedades graves que pueden incluso producir la muerte o secuelas graves a pesar del tratamiento. Y porque, además, disponemos de vacunas muy eficaces para prevenirlas, gracias a las cuales la difteria y el tétanos son excepcionales en la actualidad en nuestro país y la tos ferina ha disminuido en gran medida su frecuencia.

¿Cuál es la composición de las vacunas y cómo actúan?

Las vacunas contra la difteria y el tétanos están constituidas por las mismas toxinas que se producen en estas enfermedades, pero purificadas y desprovistas de su toxicidad (se llaman toxoides), de forma que, una vez inyectadas, no pueden producir la enfermedad, pero mantienen su capacidad de estimular en el organismo la producción de anticuerpos defensivos contra la misma.

En el caso de la tos ferina, las vacunas actuales están constituidas por los componentes del germen productor de la enfermedad  que generan mayor formación de anticuerpos y a la vez producen menos efectos secundarios. Son las llamadas vacunas acelulares (Pa).

¿De qué vacunas disponemos en la actualidad?

Las vacunas contra la difteria (D), el tétanos (T) y la tos ferina (Pa) van habitualmente unidas y se administran en la misma inyección. Se constituye así  la llamada vacuna triple bacteriana (DTPa).

En España, disponemos también de vacunas llamadas pentavalentes en las que van unidas la DTPa con la de la poliomielitis y con la del Haemophilus influenzae tipo b y vacunas hexavalentes, en las que a los componentes de la pentavalente se añade la de la hepatitis B. Con ellas se disminuye el número de pinchazos que el niño debe recibir para completar su vacunación.

¿A qué edades debe vacunarse contra la difteria, el tétanos y la tos ferina?

Por parte de la AEP  la vacuna DTPa se recomienda a los 2, 4 y 6 meses durante el primer año, una dosis de recuerdo entre los 15 y 18 meses, otra entre los 4 y los 6 años y otra entre los 11 y los 14. En estas dos últimas dosis el componente de difteria y de tos ferina son más reducidos (Tdpa).

¿Deben los adultos seguir vacunándose de estas enfermedades si lo han hecho en la infancia?

Después de la infancia y según las últimas recomendaciones, los niños que recibieron todas las dosis anteriores citadas (la última a los 11-16 años) solo necesitan una nueva dosis de refuerzo en la 6.ª-7.ª década de la vida para el tétanos y la difteria (componente reducido o tipo adulto).

Para la tos ferina, después de la adolescencia, solo sería recomendable una nueva dosis de componente reducido (pa) para los adultos que tienen contacto frecuente con niños, aunque esta práctica no está generalizada.

¿Qué efectos secundarios pueden tener estas vacunas?

En la mayoría de las ocasiones son muy leves. Los más frecuentes son fiebre o febrícula, leve hinchazón o enrojecimiento en la zona de la inyección, o ligera irritabilidad o somnolencia en los días siguientes a su administración.

Excepcionalmente pueden presentarse llanto persistente, alteraciones neurológicas o reacciones alérgicas.

¿Cuáles son las contraindicaciones de la vacuna DTPa?

Al igual que cualquier vacuna, está contraindicada cuando haya antecedentes de reacción alérgica intensa (anafilaxia) a algún componente de la vacuna y no debe administrarse tampoco en caso de enfermedad grave.

Aun no siendo una contraindicación estricta, deberá tenerse precaución cuando dosis anteriores hayan provocado fiebre superior a 40,5 ºC en las 48 horas

siguientes a su administración. En caso de cuadro catarral leve no hay contraindicación para la vacunación.

Hay contraindicaciones específicas del componente tos ferina:

– Cualquier enfermedad neurológica progresiva.

– Encefalopatía de cualquier tipo que se inicie en los 7 días siguientes a la administración de alguna dosis.

¿Qué consecuencias puede tener para un niño no vacunarlo por temor a una reacción adversa con la vacunación?

Contraer cualquiera de las tres enfermedades para las que protege la vacuna, las cuales son más graves que cualquier reacción vacunal y aunque son enfermedades que tienen tratamiento, éste no garantiza siempre la curación sin secuelas.

¿Qué debe hacerse cuando se ha olvidado una dosis de la vacuna o se haya retrasado?

No debe reiniciarse la vacunación si ya se ha puesto alguna dosis previa, simplemente deben completarse las dosis que falten, independientemente del tiempo transcurrido desde que se puso la última.

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