Fármacos Inhalados

Utilización de fármacos Inhalados

No existe ninguna duda de que la vía inhalatoria es la preferible y la más utilizada
para la administración de fármacos en neumología, especialmente en el área de
los broncodilatadores y de los antinflamatorios.

Sin embargo, la información disponible a partir de diversas encuestas llama la atención sobre los defectos existentes en su correcta utilización.

Buena parte de estas incorrecciones son atribuibles al desconocimiento sobre la adecuada utilización de inhaladores.

La administración de fármacos por vía inhalatoria ha revolucionado la especialidad de neumología y ha contribuido a la mejoría de los pacientes con enfermedades de las vías aéreas.

La posibilidad de utilizar fármacos en dosis muy pequeñas
y de hacerlos llegar casi exclusivamente al lugar donde van a desarrollar
su acción es una suma de conceptos que proporciona tranquilidad al paciente y
al médico prescriptor.

Tranquilidad conjunta, en cuanto a que los efectos positivos serán rápidos y eficaces, contando con que los efectos indeseables serán mínimos.
Las posibilidades de utilización de fármacos por vía inhalatoria, clásicamente centrada en los broncodilatadores y antiinflamatorios, se está ensanchando hacia nuevos productos, cuyo órgano diana es el aparato respiratorio (p. ej.,pentamidina y sida, antibióticos y EPOC).

Los productos comerciales para uso inhalatorio son numerosos  y cubren una amplia gama de posibilidades:
cartuchos presurizados, inhaladores de polvo seco, cámaras espaciadoras, nebulizadores
de diferentes tipos, etc.

Todo ello precisa de un adecuado conocimiento técnico sobre cómo deben utilizarse y cuáles son sus principales características, y de unas correctas instrucciones para que el paciente pueda beneficiarse de los efectos del producto que va a inhalar.

Es fácil deducir que es necesario un gran esfuerzo de aprendizaje y del control de este aprendizaje, para que lo que se adquiere se mantenga correctamente aprendido.

Para ello es imprescindible contar con el esfuerzo de todo el personal sanitario implicado en el cuidado de los pacientes respiratorios: médicos, enfermeras, fisioterapeutas, técnicos, etc.
Sólo de esta forma el paciente podrá beneficiarse en toda su amplitud de las
grandes ventajas que proporciona la medicación administrada por vía inhalatoria.

Los factores que condicionan el depósito de fármacos en la vía aérea dependen
del generador de aerosol y de las características de los pacientes.

Los generadores de aerosol producen partículas de diferentes tamaños, lo que, unido a la forma
de respiración y a las características anatómicas de cada individuo, hacen que
las partículas se depositen mayoritariamente en uno u otro lugar del aparato respiratorio.

Una buena parte de las partículas emitidas chocan contra la superficie de la vía
aérea y se produce el depósito por un mecanismo de “impactación”.

La cantidad depositada es directamente proporcional al tamaño de las partículas y a su velocidad.

Este fenómeno se produce principalmente en las vías aéreas superiores,
bronquios principales y sus bifurcaciones y para partículas con un diámetro de
masa media aerodinámica (DMMA) superior a 5 micras.

Las partículas de tamaño
inferior se depositan por efecto de la gravedad (sedimentación).

Este mecanismo es también directamente proporcional al tamaño de la partícula e inversamente
proporcional a su velocidad.

El lugar predominante para este tipo de depósito son los bronquios más distales y de pequeño diámetro.

Las partículas de DMMA inferior a 1 micra se mueven erráticamente por las vías aéreas y, en buena parte, son
exhaladas con la espiración.

El flujo inspiratorio del paciente influye en la cantidad y el tipo de partículas depositadas.

Un flujo inspiratorio alto (superior a 100 l/min) hace predominar el
depósito por impactación, pero consigue una elevada penetración de partículas.

Un flujo inspiratorio bajo (inferior a 30 l/min), aunque favorece la sedimentación,
hace peligrar la cantidad de sustancia inhalada. El flujo inspiratorio ideal
oscila entre 30 y 60 l/min.

El volumen inspirado condiciona también la cantidad
de fármaco inhalado.

Un volumen bajo impide la correcta penetración y, por
contra, un volumen elevado permite la entrada de una buena cantidad del producto.

La correcta distribución anatómica bronquial favorece la penetración del
aerosol y, al contrario, las malformaciones bronquiales, congénitas o adquiridas,
la dificultan.

Así mismo, un factor muy importante es la realización de un tiempo
de apnea postinspiratoria, a fin de favorecer el depósito pulmonar por el mecanismo
de sedimentación.

Los tipos de sistemas de inhalación son diversos, intentan adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente y su patología, por lo que serán ampliados en futuros artículos.

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